Mayoría de médicos no detecta violencia doméstica

Un estudio sobre la “medicalización” de las víctimas de violencia doméstica indica que el 52,7% de las mujeres consultadas “consumen psicofármacos” y nueve de cada 10 regresan a sus hogares “sin que se les detectara” la situación de abuso

Por Marcela Maseda, de la redacción de Observa

Cada 40 minutos se realiza una denuncia por violencia doméstica. Aunque eso se presenta como el final de un proceso interno en el que la víctima toma coraje para hacer pública su situación, la denuncia es el primer paso para salir de esa realidad. Aunque cada vez son más las mujeres que se animan a denunciar el abuso, muchas continúan manteniéndolo en silencio.

Una de las áreas en las que se puede percibir esta problemática es en los centros asistenciales a los que concurren las víctimas por diversas consultas. Sin embargo, nueve de cada 10 mujeres víctimas de violencia doméstica que concurren a las policlínicas regresan a sus hogares “sin que se les detectaran las verdaderas causas de sus problemas” y sin abordar la situación de maltrato.

Esta es una de las conclusiones a las que llega el estudio “Mujeres víctimas de violencia: entre la desesperación y la medicalización de los estados de ánimo”, presentado en el II Congreso Mundial de Violencia, Abuso y Maltrato de Buenos Aires. Las conclusiones se basan en un análisis documental cuantitativo de la totalidad de las consultas de una policlínica de atención primaria de Montevideo durante el período comprendido entre agosto de 2007 y agosto de 2008 (1849 partes diarios).

Fernanda Lozano -referente de violencia, maltrato y abuso de la Red de Atención Primaria de ASSE- explicó a Observa que uno de los datos que más impacta del estudio es que el 52,7% de las mujeres víctimas de violencia de pareja consumen psicofármacos. “Muchas vienen medicadas por prescripción, pero en otros casos cuando se mira la historia clínica no se encuentra indicación. Cuando se les pregunta a las pacientes, contestan que la madre, una tía o una amiga les dio unas pastillas o que las compraron en la feria”. El consumo de psicofármacos se registra por la necesidad de “evadir” la realidad que tienen las víctimas o porque creen que de esa manera “estarán menos nerviosas”.“No puedo dejarlo”Según indica Lozano, muy pocas mujeres manifiestan en la policlínica de medicina general que son víctimas de violencia doméstica. “La mujer por lo general consulta al personal de atención primaria de la salud con la finalidad de aliviar sus síntomas ya sean dolencias físicas por golpes o emocionales”. Los síntomas emocionales más comunes de una víctima de violencia doméstica son la angustia, la baja autoestima, trastornos de ansiedad, estrés post traumático, ataques de pánico, fobias e intentos de autoeliminación.“Una de cada cuatro mujeres que concurrió a la consulta intentó suicidarse producto de la situación de violencia que vivía”, explicó Lozano.Fernando Salas -profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo y la Universidad de la República, quien también participó en la elaboración de este estudio explicó a Observa que “es importante que en estas oportunidades el personal de la salud indague sobre las situaciones de violencia doméstica como causa ya que el paciente, como consecuencia del menoscabo de su autoestima o por no percibir el nexo causal, probablemente no refiera de manera espontánea la situación de violencia en que vive”.Salas agregó que el sector salud es un ámbito “privilegiado” para la detección de la violencia doméstica porque se tiene contacto directo con la víctima, aunque muchas veces “es una oportunidad perdida” dado que el profesional se enfoca “en los síntomas y no en la etiología”.

Lozano agregó que “el abordaje integral y con calidad asistencial de la situación de violencia requiere que los profesionales dispongan de tiempo para la consulta”, cosa que no ocurre frecuentemente. Según la profesional, una vez que se indaga en el entorno familiar, la víctima expresa su situación. “Algunas tardan en regresar, pero otras te toman como un referente y vienen a contarte que se separaron, que se fueron de la casa, que se sacaron la cédula, que tienen trabajo…”, indicó.“No hay soluciones mágicas”

En 2006 el Ministerio de Salud Pública (MSP) emitió el decreto 494 referente a la atención a la Violencia Doméstica. Este decreto estipula que las instituciones o Servicios de Salud tanto públicos como privados quedan comprometidos a prestar atención y asistencia a las mujeres en situación de violencia doméstica. Uno de los artículos de esta normativa obligaba a los trabajadores de la salud a denunciar casos de maltrato en caso de que así lo constataran.“Esto era un grave problema para los médicos porque la solución no es recetarle a la víctima el divorcio como la solución. Además, nos teníamos que asegurar que verdaderamente estábamos ante una situación de violencia doméstica. No hay soluciones mágicas”, indicó Lozano.

El artículo 292-009 finalmente derogó ese artículo.
La conclusión a la que llega este informe es que “la medicalización de los síntomas, si bien puede ser necesaria, no es suficiente, y contribuye involuntariamente a la situación de vulneración de derechos de la mujer, la cual continuará”, según indicó Salas.El hecho de no atacar la situación de fondo hará que la situación de la víctima en muchos casos se torne “insoportable derivando en intentos de autoeliminación o suicidios consumados”.

(Observa)(*) Los autores de la investigación son la doctora Fernanda Lozano (médica de RAP-ASSE, referente de violencia, maltrato y abuso, y docente del departamento de Medicina Legal de la Universidad de la República), magister Fernando Salas Rosso (profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Montevideo y la Universidad de la República) y Agustín Paullier (estudiante de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Montevideo).
http://www.observa.com.uy/Actualidad/nota.aspx?id=89221


Formación específica para los jueces de violencia machista.

El curso, obligatorio, incluye la toma de declaraciones a testigos y víctimas.

Los jueces españoles que estén al frente de un juzgado de violencia machista deberán recibirformación obligatoria en la materia. El objetivo del curso será aprender cuestiones teóricas, además de habilidades prácticas como la toma de declaración de los testigos y, sobre todo, de las víctimas. Así lo anunció ayer la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Inmaculada Montalbán, con motivo del Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se celebra hoy.

Además, en el marco del XXIX Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, se ha presentado un estudio, hecho en Castilla y León, que concluye que para un gran número de mujeres que han sido maltratadas la experiencia con la Justicia ha resultado traumática.

"Su paso por el ámbito judicial les produce inseguridad; además, muchas veces afirman que se las trata como culpables y no como a víctimas", explica Carmen Fernández, una de las autoras de la investigación, que también añade que las víctimas continúan sintiendo que "no son entendidas, que no existe una verdadera sensibilidad" hacia esta lacra que afecta a toda la sociedad.

Para remediar esto, ayer varias entidades catalanas presentaron la actualización del listado de recomendaciones sobre el tratamiento de la violencia machista en los medios de comunicación. Los entes, entre los que se encuentra el Institut Català de la Dona y el Consell de lAudiovisual, pidieron a los medios que hagan seguimiento de los casos de malos tratos y que informen de las sentencias, poniendo el acento en que "un acto violento tiene consecuencias negativas para los agresores".

En 2008 y, por primera vez en España, Público redactó un decálogo autorregulatorio para informar sobre la violencia de género, desechando expresiones como violencia doméstica o crimen pasional.